A los ojos de los oyentes,
Al odio de los videntes
Y que están como deponentes,
Testigos de veracidad
Que hogaño como adolescentes
Y con sus almas de humildad
Emigran felices, fervientes
A confrontar la sociedad.
Van inmutables, con cuidado
Y van forjados, ponderados
Y con fortuna, porvenir
Que van rotundos a vivir
Con bien en toda cofradía
Y residiendo en armonía,
Solo me queda desear,
¡Su completa felicidad!
Antonio Contreras Angoa